San Matías. Apóstol del Señor. Discípulo de Jesús desde el bautismo de Juan

San Martin, Martes, 14 de Mayo de 2019 | 08:23

San Matías fue uno de los Apóstoles escogidos por los demás Apóstoles a través de un sorteo para cubrir así el lugar que le había correspondido a Judas Iscariote, el traidor. Su llamado como apóstol es único, ya que su nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús, quien ya había ascendido al cielo, y también fue hecho antes del descenso del Espíritu Santoen Pentecostés.

Fiesta: 14 de mayo

Martirologio romano: Fiesta de San Matías, apóstol, que siguió al Señor Jesús desde el bautismo de Juan hasta el día en que Cristo fue llevado al cielo; y que, después de la Ascensión del Señor, fue escogido ;por los Apóstoles para que ocupar el lugar vacío que dejó Judas el traidor, para que así, siendo parte del grupo de los doce, se convirtiera en un testigo de la Resurrección del Señor.

Prefacio.

De San Matías se habla en el primer capítulo de los Hechos de los Apóstoles, cuando es llamado y escogido para ser uno de los doce apóstoles del Señor, en sustitución de Judas Iscariote, el traidor. Debía cumplir con el requisito previo de haber estado presente en los hechos acontecidos en la vida de Jesús desde el Bautismo en el Jordán.

San Matías es elegido por sorteo, a través del cual la preferencia divina cae sobre él y no en el otro que también era candidato, José, llamado Barsabás.

Cuenta la tradición, que después de haber recibido el Espíritu Santo en Pentecostés, San Matías comenzó a predicar, pero no se tienen muchas noticias de él.

La tradición nos ha legado la imagen de un anciano sosteniendo una alabarda, un símbolo de su martirio. Pero no hay evidencia histórica de una muerte violenta.

Unos dicen que San Matías fue crucificado mientras que otros aseguran que fue decapitado. Lo que si es cierto, es que él murió en Jerusalén y sus reliquias fueron llevadas por Santa Elena, madre del emperador Constantino, a Tréveris, donde son veneradas.

Biografía de San Matías

Según San Clemente y San Jerónimo, San Matías fue uno de los setenta discípulos de Jesús que fueron enviados de dos en dos durante su ministerio de predicar y sanar a los enfermos, y había estado con él desde su bautismo con Juan el Bautista y hasta el momento de la Ascensión.

En el Libro de los Hechos de los Apóstoles (1,15-26) en los días siguientes a la Ascensión, San Pedro propuso a los hermanos reunidos, que eran ciento veinte, para que eligieran a un hombre para completar el lugar que dejó Judas el traidor en el apostolado.

Dos discípulos, José, llamado Barsabás y Matías fueron seleccionados, y la suerte fue echada, con el resultado a favor de Matías, que así llegó a ser asociado con los once apóstoles.

¿Por qué un doceavo Apóstol?

Con todas las preguntas, dudas y peligros a los que estaban enfrentando en eso momento los Apóstoles y discípulos de Jesús, optaron por centrar su atención en la búsqueda de un doceavo apóstol.

¿Por qué fue tan importante? Doce fue un número muy importante para el pueblo elegido: doce era el número de las tribus de Israel. Si el nuevo Israel debía provenir de los discípulos de Jesús, se necesitaba entonces un doceavo apóstol.

Pero Jesús había escogido los doce originales. ¿Cómo podían saber a quién elegiría? Eran Ciento veinte personas se habían reunido en oración y reflexión, cuando San Pedro, se puso de pie para proponer la manera de hacer la elección.

Criterios de selección del Apóstol

Pedro tuvo un criterio, que, como Andrés, Santiago, Juan, y hasta el mismo San Matías, estaba de acuerdo con que debía de ser un hombre ue había sido discípulo desde el principio, desde su bautismo con Juan el Bautista hasta el momento de la Ascensión.

La razón de esto es simple, el nuevo apóstol tenía que ser un testigo de la resurrección de Jesús. Debería de haber seguido a Jesús antes de haber sido conocido, y que debió quedarse con Él cuando se hizo enemigos al hablar de la cruz y de comer su cuerpo y de beber su sangre, enseñanzas que hizo que muchos lo dejaran de seguir en aquel entonces.

Dos hombres se ajustaron con esa descripción: San Matías y José, llamado Barsabás. Sabían que estos dos hombres habían estado con ellos y con Jesús a través de todo su ministerio. Pero, ¿cuál tenía el corazón para convertirse en un testigo de su resurrección?.

Los apóstoles sabían que sólo el Señor podía saber lo que había en el corazón de cada uno. Y echaron suertes con el fin de descubrir la voluntad de Dios y San Matías fue elegido. Fue el duodécimo apóstol y el grupo estaba completo de nuevo mientras esperaban la venida del Espíritu Santo.

Esto es lo primero y lo último que escuchamos de Matías en las Sagradas Escritura. Cuenta la tradición que Matías abrazó con mucho entusiasmo todo lo que significaba ser un apóstol del Señor, incluyendo el rechazo a la evangelización, la persecución y el martirio a lo que estaría expuesto.

Muerte de San Matías

Hay dos categorías de santos: mártires y confesores. Un mártir cristiano es considerado como uno que está condenado a muerte por su fe o convicciones cristianas. Confesores son personas que murieron de muerte natural.

San dice que San Matías murió en el año 80. Unos afirman que fue decapitado; Mientras que los "Menaia" griegos, sostienen que fue crucificado.

Lo que si es cierto, es que él murió en Jerusalén y sus reliquias fueron llevadas por Santa Elena, madre del emperador Constantino, a Tréveris, donde son veneradas.

San Matías en el arte cristiano.

Es útil ser capaz de reconocer San Matías en pinturas, vidrieras, manuscritos iluminados, la arquitectura y otras formas de arte cristiano.

Las representaciones artísticas reflejan la vida o la muerte de los santos, o un aspecto de la vida con la que la persona está más estrechamente relacionada.

San Matías está representado en el arte cristiano con un hacha de batalla, el instrumento con el que supuestamente fue decapitado por los Judíos.

Oración a San Matías

San Matías, ruega al Señor por nosotros para que podamos llegar a ser dignos testigos de la resurrección de Jesús en nuestra forma de vivir, en nuestra forma de actuar y de hablar sobre la vida eterna que el Padre nos ha prometido a los que somos fieles a sus mandatos.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.

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