San Nicolás de Flüe (Hermano Klaus) Ermitaño. El Santo de la Paz

San Martin, Sábado, 21 de Marzo de 2020 | 09:25

San Nicolás de Flüe, mejor conocido como el Hermano Klaus y el santo de la paz, nació en Suiza y tuvo unos padres muy piadosos que le condujeron al amor de Dios. Un día, cuando vio una flecha lanzada en una montaña vecina, se llenó de deseo por el Cielo y de amor por la soledad. Se casó, para obedecer la voluntad formal de sus padres; él y su esposa Dorothy se convirtieron en los padres de diez hijos. Su mérito y virtud hicieron que fuera elegido por sus conciudadanos para ejercer funciones públicas muy honorables. Gozó de una gran popularidad en Suiza, donde fue proclamado santo patrono por el Papa Pío XII

Fiesta: 21 de marzo

Martirologio romano: En la montaña acantilado en Ranft Sachseln, en Suiza. San Nicolás de Flüe, llamado por inspiración divina. En consenso familiar, dejó a su esposa y diez hijos, se fue a vivir a las montañas para llevar una vida como ermitaño; famoso por lo riguroso de sus penitencias y el desprecio del mundo. En una oportunidad, salió de su pequeña celda, y su poblado estaba bajo la amenaza de una guerra civil, entonces se fue a conciliar a las partes contrarias con una breve exhortación.

Biografía de San Nicolás de Flüe.

Biografía de San Nicolás de Flüe.

San Nicolás de Flüe nació en 1417 en Fliieli, Sachseln, en el cantón de Obwalden. Cuando tuvo 14 años fue por primera vez, junto a su padre, al centro administrativo de la región, del cantón, comenzando así su vida pública. A los 16 años tuvo la visión en que la que vio una torre alta y muy hermosa en el Ranft.

Aunque se sintió llamado de irse de inmediato a vivir en las montañas como un ermitaño, San Nicolás de Flüe tuvo que cumplir con sus obligaciones de hijo, también aceptó algunos cargos civiles en la medida que pasó el tiempo: fue alcalde de Sachseln, consejero y juez cantonal, diputado y militar.

En medio de toda la actividad, permanece aún consigo el anhelo por la unidad en Dios. Cada tiempo disponible lo consagró a la oración. Para sí mismo se dejaba sólo lo más indispensable en alimento y bebida

En 1445, San Nicolás de Flüe se casó con Dorothea Wyss: ella le dio cinco niños y cinco niñas, uno de ellos se convirtió en pastor de Sachseln y un sobrino, Corrado Scheuber, murió en aires de santidad.

San Nicolás de Flüe hablaba de su esposa con una enorme ternura y respeto. Ella era, en cuestiones políticas y familiares, su fiel consejera. Dorotea se enorgullecía de su marido.

Vida de oración y penitencia de San Nicolás de Flüe.

La buena casa y su creciente prestigio en la región, la honraban también a ella. Pero, de vez en cuando, tenía preocupaciones, estaba desorientada y no sabía qué hacer, pues San Nicolás se exigía exageradamente a sí mismo.

Se concedía apenas lo indispensable en alimento. En la noche se levantaba y oraba largas horas junto al fuego del hogar.

Luego del trabajo, San Nicolás de Flüe se retiraba para estar a solas con Dios. Cuando volvía a casa, su rostro estaba marcado por experiencias que ella no comprendía

El llamado a su vocación.

San Nicolás de Flüe está cada vez más decidido a buscar en la soledad. Le contó a su familia de esta intención y se inició un doloroso tiempo de reflexión, de conversación y de búsqueda.

Dorotea piensa en los niños que necesitan al padre. Toda la familia sufren unos por otros bajo la pregunta: "¿Qué quiere Dios de nosotros?" Tratan de entenderse unos a otros.

Luego de largo tiempo pueden reconocer y aceptar la voluntad de Dios y dejar partir al padre al extranjero.

San Nicolás de Flüe está agradecido por esto y más tarde señala el permiso de su mujer y de sus hijos para su vida de ermitaño, como una de las tres grandes gracias que Dios le había regalado.

San Nicolás de Flüe el místico.

Hasta entonces, San Nicolás de Flüe había tenido su vida en sus manos y la había manejado bien. Ahora, le sucede algo semejante a lo que le ocurrió a San Pedro, a quien el Señor le dijo:

"Cuando seas viejo, otro te ceñirá y te conducirá donde no quieres" (Juan 21,18)

San Nicolás de Flüe se pone en camino a la cosecha. Le pide a Dios una vida piadosa. Entonces una nube le habla:

"Entrégate en la voluntad de Dios, tú, hombre loco; para lo que Dios quiere hacer contigo debes estar disponible"

Comienza entonces su peregrinaje a la profundidad de las montañas. Tiempo después, cuatro luces le señalan la quebrada del Ranft, en el lugar en que, cuando tenía 16 años, tuvo la visión de la torre.

Aquí alcanzó el Hermano Klaus la meta de su anhelo. Pasó el invierno en un refugio provisorio de barro, troncos y ramas, bajo un techo de hojas.

El ayuno de San Nicolás de Flüe.

Su regreso dio de nuevo qué hablar. La familia sufre con los que se burlan de él y con los que dudan. Pronto se corre la voz que el Hermano Klaus vive sin comer ni beber, su único alimento era la Eucaristía. Esto lo confirmó el Gobierno de Obwalden, luego de una severa investigación.

En el verano de 1468, amigos y vecinos le construyeron al Hermano Klaus una Capilla con una celda para vivir. Los parientes, sin embargo, siguen escépticos. Con ocasión de la bendición de la Capilla, también el Obispo de Konstanz verifica el milagro del ayuno

Su vida santa y su ayuno pronto le ganaron la curiosidad de los vecinos. Entonces decidió ir a la Ranft, un barranco solitario en Flueli.

Salió sólo para ir a misa y cuando el país lo necesitaba: en 1473 frente a las amenazas de Austria, y en 1481 y 1482 cuando se produjo el grave peligro de la guerra civil: los buenos resultados de estas intervenciones le merecieron el título de Bruder Klaus "Padre de la Patria". Su oración fue más frecuente:

"Oh mi Señor y mi Dios, lejos de mí, todo lo que me aleja de ti.

Oh mi Señor y mi Dios, cerca de mí, todo lo que me acerca a ti.

Oh mi Señor y Dios mío, líbrame de mí mismo y que mi única posesión seas sólo tú"

Debido a su gran testimonio de oración y penitencia, sus vecinos le construyen una ermita y la capilla, consagrada en 1469.

Muerte del Hermano Klaus.

La última semana en la vida del Hermano Klaus fue dura. Un gran dolor le ataca todo su cuerpo y lo atormenta día y noche. El biógrafo Heinrich Wolflin escribe:

"Soportó el dolor hasta el octavo día no menos paciente que pobremente; pidió el Viático salvador del Cuerpo y la Sangre de Cristo y, tendido en el desnudo suelo, según era su costumbre, el 21 de marzo del año 1487, a los setenta años de edad, en medio de grandes dolores, exhaló su alma".

Su cuerpo fue llevado a Sachseln y fue enterrado en la Iglesia Parroquial, como había decidido el Obispo Auxiliar de Konstanz. Se le hizo con eso un honor que, normalmente, está reservado a sacerdotes y a personas distinguidas.

Cuando Dorotea fue a la tumba, cuenta un mensajero, vio a su marido en la roca de Flüeli en brillante esplendor, teniendo en su mano la bandera con la garra de oso, símbolo de victoria.

En los libros de la Iglesia de Sachseln, desde 1488, se conservan testimonios de signos y milagros que suceden en su tumba.

Cada vez son más los peregrinos de toda Europa que visitan la tumba y los lugares en que vivió el Hermano Klaus. Es cierto que él murió, pero sigue viviendo en el corazón de los hombres.

Pasó mucho tiempo hasta que la Iglesia reconoció como santo al Hermano Klaus. El Papa Inocencio X lo beatificó el año 1649 y, veinte años después, el papa Clemente IX autorizó su veneración litúrgica.

En su alegría por ese hecho, los habitantes de Obwalden construyeron para su compatriota una Iglesia más grande. En 1679 se trasladó la tumba a la nueva Iglesia. Pero recién en el año 1947 Nicolás de Flüe fue canonizado por el Papa Pío XII.

Luego de dos devastadoras guerras mundiales, todo el mundo anhela paz. El Hermano Klaus es un santo de paz. Él conoce la fuente de la paz y el camino para alcanzarla. Toda la vida de San Nicolás de Flüe es un mensaje en pro de la paz, también para nuestro tiempo, tan carente de paz.

Oración de desprendimiento de San Nicolás de Flüe.

En lugar de aferrarnos a las personas y a las "seguridades" hechos por el hombre, entreguémonos completamente a Dios, confiando solo en Él y digamos: 

Señor mío y Dios mío, quítame todo lo que me aleja de ti.

Señor mío y Dios mío, dame todo lo que me acerca a ti.

Señor mío y Dios mío, apártame de mí mismo para darte todo a Ti. Amen

San Nicolás de Flüe, ruega por nosotros que acudimos a ti.

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