San Genaro. Mártir. Conocido por el milagro de la licuefacción de su sangre.-

San Martin, Jueves, 19 de Septiembre de 2019 | 09:17

San Genaro fue un obispo de Benevento y es un mártir muy venerado tanto en la Iglesia Católica como en las iglesias ortodoxas orientales. Es el santo patrono de Nápoles, donde los fieles se reúnen tres veces al año en la catedral de Nápoles para presenciar el milagro de la licuefacción de su Sangre almacenada en un relicario de vidrio sellado.

Fiesta: 19 de Septiembre

Martirologio Romano: San Genaro, obispo de Benevento y mártir, que en tiempos de persecución contra la fe, en Pozzuoli, cerca de Nápoles, fue martirizado en el nombre de Jesucristo.

Biografía de San Genaro

El Obispo San Genaro, famoso por el prodigio de su sangre que se obra cada año en Nápoles, (Italia) fue obispo de esa ciudad cuando estalló la terrible persecución de Diocleciano.

San Genaro fue hecho prisionero y encerrado en una oscura cárcel, junto con sus diáconos y colaboradores. Los llevaron al anfiteatro o coliseo para que fueran devorados por las fieras.

Pero las fieras, aunque estaban muy hambrientas, se contentaron con dar vueltas rugiendo alrededor de ellos. Entonces la chusma pidió a gritos que les cortaran la cabeza a estos valientes cristianos. Y así lo hicieron.

Personas piadosas recogieron un poco de la sangre de San Genaro y la guardaron.

El milagro de la Licuefacción de la sangre de San Genaro.

Este milagro de la licuefacción de la Sangre de San Genaro se viene obrando desde hace 400 años, sin que lo hayan podido explicar ni los sabios ni los estudiosos o investigadores.

Un sacerdote expone en el altar una ampolleta del tamaño de una pera, que contiene la sangre solidificada del santo. La coloca frente a la urna que contiene la cabeza del santo.

Todos empiezan a rezar, y de un momento a otro la sangre que estaba sólida y negruzca se vuelve líquida y rojiza, y crece de tamaño dentro de la vasija de vidrio donde está. El pueblo estalla en cánticos de alegría bendiciendo a Dios.

La ciudad de Nápoles le tiene un gran cariño a San Genaro, porque además del prodigio de la liquefacción de la sangre, los ha librado varias veces de las temibles erupciones del volcán Vesubio.

En 1631, millones de toneladas de lava se dirigían hacia la cuidad. El obispo llevó en procesión la sangre de San Jenaro y la lava cambió de dirección y la ciudad se salvó.

El 5 de mayo del 2008, reporteros de 20 canales de TV, entre ellos CNN estaban presentes en la catedral cuando ocurrió el milagro.

El milagro ha sido minuciosamente examinado por personas de opiniones opuestas. Se han ofrecido muchas explicaciones, pero en base a las rigurosas investigaciones, se puede afirmar que no se trata de ningún truco y que tampoco hay, hasta ahora, alguna explicación racional satisfactoria.

En la actualidad ningún investigador honesto se atreve a decir que no sucede lo que de hecho ocurre a la vista de todos. Sin embargo, antes de que un milagro sea reconocido con absoluta certeza, deben agotarse todas las explicaciones naturales, y todas las interrogantes deben tener su respuesta. Por eso la Iglesia favorece la investigación.

Investigaciones sobre el milagro de la licuefacción

Entre los elementos positivamente ciertos en relación con esta reliquia, figuran los siguientes:

  1. La sustancia oscura que se dice es la sangre de San Genaro (la que, desde hace más de 300 años permanece herméticamente encerrada dentro del recipiente de cristal que está sujeta y sellada por el armazón metálico del relicario) no ocupa siempre el mismo volumen dentro del recipiente que la contiene. Algunas veces, la masa dura y negra ha llenado casi por completo el recipiente y, en otras ocasiones, ha dejado vacío un espacio equivalente a más de una tercera parte de su tamaño.
     
  2. Al mismo tiempo que se produce esta variación en el volumen, se registra una variante en el peso que, en los últimos años, ha sido verificada en una balanza rigurosamente precisa. Entre el peso máximo y el mínimo se ha llegado a registrar una diferencia de hasta 27 gramos.
     
  3. El tiempo más o menos rápido en que se produce la licuefacción, no parece estar vinculado con la temperatura ambiente. Hubo ocasiones en que la atmósfera tenía una temperatura media de más de 30º centígrados y transcurrieron dos horas antes de que se observaran signos de licuefacción. Por otra parte, en temperaturas mas bajas, de 5º a 8º centígrados, la completa licuefacción se produjo en un lapso de 10 a 15 minutos.
     
  4. No siempre tiene lugar la licuefacción de la misma manera. Se han registrado casos en que el contenido líquido burbujea, se agita y adquiere un color carmesí muy vivo, en otras oportunidades, su color es opaco y su consistencia pastosa.

Aunque no se ha podido descubrir razón natural para el fenómeno, la Iglesia no descarta que pueda haberlo. La Iglesia no se opone a la investigación porque busca la verdad.

La fe católica enseña que Dios es todopoderoso y que todo cuanto existe es fruto de su creación. Pero la Iglesia es cuidadosa en determinar si un particular fenómeno es, en efecto, de origen sobrenatural .

La Iglesia pide prudencia para no asentir ni rechazar prematuramente los fenómenos. Reconoce la competencia de la ciencia para hacer investigación en la búsqueda de la verdad, cuenta con el conocimiento de los expertos.

Una vez que la investigación establece la certeza de un milagro fuera de toda duda posible, da motivo para animar nuestra fe e invitarnos a la alabanza.

En el caso de los santos, el milagro también tiene por fin exaltar la gloria de Dios que nos da pruebas de su elección y las maravillas que El hace en los humildes.

Oración a San Genaro:

Señor: por la sangre de tus santos mártires, concédenos la gracia de perseverar toda nuestra vida fieles a la religión católica de librarnos de los estallidos de nuestras pasiones.

Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén.

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