San Eusebio de Vercelli. Obispo y predicador. El mártir del sufrimiento

San Martin, Viernes, 2 de Agosto de 2019 | 08:25

San Eusebio de Vercelli fue un obispo y santo martir de la Iglesia Católica en Italia. Junto con San Atanasio, afirmó la divinidad de Jesús contra el arrianismo y todo tipo de herejías. A San Eusebio de Vercelli se le conoce como el mártir del sufrimiento

Fiesta: 02 de agosto

Martirologio romano: San Eusebio, el primer obispo de Vercelli, que consolidó la Iglesia en toda la región subalpina y que por confesar y defender la fe del Concilio de Nicea fue desterrado a Escitópolis por el emperador Constancio, y luego después, a Capadocia y Tebaida. Regresó ocho años más tarde a su sede, trabajó muy duro y con gran valentía para restaurar la fe contra la herejía arriana.

Biografía de San Eusebio de Vercelli

San Eusebio de Vercelli nació en los alrededores del año 300 DC, y cercano al 345 DC, se convirtió en el obispo de Vercelli, un lugar relativamente pequeño en lo que hoy es el norte de Italia.

En aquellos días, la persecución contra la Iglesia Católica había terminado, los discípulos de Cristo comenzaban a profesar su fe libremente gracias a la intervención del emperador Constantino, quien por decreto, declaró que los cristianos podían profesar su fe en libertad.

El cargo de Obispo comenzó a ser muy demandado entre los cristianos, hasta el punto en que muchos comenzaron a codiciarlo por querer una posición de prestigio e influencia de poder. Fue en ese entonces que algunos herejes tomaron algunos cargos.

Una de las primeras herejías en surgir fue el arrianismo, doctrina que negaba la divinidad de Jesucristo. Tenía muchos partidarios poderosos.

La Iglesia se reñía sobre la verdadera naturaleza del Hijo de Dios. Así que, el Papa San Silvestre I, en alianza con el emperador Constantino, convocó el primero de los grandes concilios de la Iglesia: el Concilio de Nicea, año 325.

Estos fueron los años en que muchos Padres de la Iglesia estaban profundamente involucrados en la lucha por la defensa de la divinidad de Cristo

San Eusebio de Vercelli creció durante estos años de luchas religiosas. Después de que su padre murió en la cárcel, un mártir de la fe, Eusebio fue criado en Roma, donde fue ordenado como lector - una persona con responsabilidades de leer públicamente las Sagradas Escrituras.

Poco tiempo después, San Eusebio de Vercelli se desempeñó en Vercelli en Piamonte, Italia. Él fue tan celoso en el arte de proclamar la fe que cuando el obispo de Vercelli murió, Eusebio fue elegido por unanimidad por la congregación local para tomar su lugar. Julio I, obispo de Roma, lo consagró un 16 de diciembre del año 340 DC

San Eusebio de Vercelli: defensor de la fe

Durante el Concilio, San Eusebio de Vercelli se mantuvo muy leal a San Atanasio. Cuando el Concilió terminó, habían salido victoriosos en sus causas.

Los campeones fueron San Cirilo de Alejandría y su protegido Atanasio. El Consejo declaró que la Escritura enseña que Cristo es verdadero Dios y de la misma naturaleza y duración que Dios Padre.

Luego de resolver esta situación incómoda para la Iglesia, San Eusebio de Vercelli regresó a Vercelli, donde se dio cuenta que las áreas alrededor del poblado, en especial las zonas rurales, aún no habían sido evangelizadas, entonces él respondió de inmediato y reunió a un grupo de hombres para llevar la buena nueva a todos aquellos que no habían conocido al Señor.

San Eusebio de Vercelli tuvo profunda inspiración por las historias de los monjes como San Antonio quien vivió una vida santa en los desiertos de Egipto y Tierra Santa, así que hizo traer a otros sacerdotes para que vivieran una vida comunitaria y les enseñó a vivir de acuerdo con las reglas de un monasterio.

Lo hicieron a pesar de que habían vivido en la ciudad y habían trabajados con muchas personas.

Contraataque de la herejía arriana

El concilio de Nicea, fue apenas el comienzo de una lucha. La herejía arriana no había terminado. Liberio, obispo de Roma, envió a San Eusebio de Vercelli a Arles para exhortar al emperador Constancio (un hijo de Constantino) para que convocara otro concilio para resolver el problema de una vez por todas.

Constancio llamó un sínodo en Milán. Al principio San Eusebio no quería asistir, se dio cuenta que el emperador estaba del lado de los arrianos y que iban a condenar a Atanasio, a quien odiaban por su papel ejemplar en la redacción del credo de Nicea.

El emperador presionó a San Eusebio de Vercelli para que asistiera. Sin embargo, cuando el obispo apareció, no le fue permitido ingresar a la asamblea durante diez días hasta que la condena de Atanasio fuese elaborada.

San Eusebio se negó a unirse en la condena de Atanasio, Así que el emperador Constancio desterró a Eusebio junto con otros dos obispos que valientemente resistieron a esta herejía.

Él soportó el exilio durante más de cinco años, pero se mantuvo en contacto con su gente escribiendo cartas.

Irónicamente, fue un emperador pagano, Juliano el Apóstata, quien terminó el exilio de Eusebio. Eusebio regresó a Milán en el año 361 de Egipto, su tercer lugar de reclusión.

Durante los últimos diez años de su vida, San Eusebio de Vercelliviajó mucho, predicando la verdad y tratando de restaurar el credo de Nicea a lo largo y ancho del Imperio Romano. Murió el 1 de agosto del año 371

Aunque muchos de los Padres de la Iglesia son reconocidos por lo que ellos escribieron, el mayor patrimonio de San Eusebio de Vercelli fue el ejemplo que dio a las personas de su propia generación y a las generaciones que lo siguieron.

San Ambrosio escribiría luego que:

"San Eusebio lideró la iglesia de Vercelli con la austeridad del ayuno".

En otras palabras, no fue lo que dijo; sino más bien lo que hizo.

El Papa Benedicto XVI nos dice que

"San Eusebio fue una poderosa fuerza del bien, porque él compartió la vida de las personas, los ciudadanos de Vercelli, y fue realmente un ciudadano del cielo".

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