San Dámaso I, Papa y poeta. Patrono de los Arqueólogos

San Dámaso provino de una familia española. Fue secretario de los Pontífices, San Liberio y San Félix, y al ser elegido Papa, en el año 366, hizo honor a su nombre, que significa "domador", porque tuvo que sofocar una sangrienta rebelión que en Roma se levantó contra él.

Tuvo como secretario al gran San Jerónimo, al cual le encargó que tradujera la Santa Biblia al idioma popular, y esta traducción llamada "La Vulgata", fue la que empleó la Iglesia Católica durante 15 siglos.

San Jerónimo dice de él:

"San Dámaso era un hombre puro, que fue elegido para dirigir a una Iglesia que debe ser pura".

Los epitafios de San Dámaso sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas (o subterráneos de Roma) se han conservado muy bien, y de varios santos lo único que sabemos se debe a lo que él escribió sobre sus tumbas. Así por ej. de San Tarcisio, el mártir de la Eucaristía, etc. Era excelente poeta.

San Dámaso redactó su propio epitafio así:

"Yo, Dámaso, hubiera querido ser sepultado junto a las tumbas de los santos, pero tuve miedo de ofender su santo recuerdo. Espero que Jesucristo que resucitó a Lázaro, me resucite también a mí en el último día".

Legado y ocupación de San Dámaso.

Desde muy joven, la lectura preferida de San Dámaso fue la Santa Biblia, y decía que el manjar más exquisito que había encontrado en toda su vida era la Palabra de Dios.

Dicen que San Dámaso fue el que introdujo en las oraciones de los católicos el "Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén".

Durante todo su pontificado, San Dámaso se preocupó por obtener que los obispos de todas las naciones reconocieran al Pontífice de Roma como el obispo más importante del mundo.

A la edad de ochenta años murió el 11 de diciembre del año 384 y fue sepultado en la tumba que él mismo se había preparado humildemente, alejado de las tumbas de los santos famosos de Roma. Después construyeron sobre su sepulcro la basílica llamada San Dámaso

Oración a San Dámaso.

A ti rogamos, Oh humilde servidor San Dámaso, lleno de virtudes y de una gran humildad, para que, junto a tu Santo secretario San Jerónimo nos consigan del buen Dios la gracia de amar, meditar y hacer amar y meditar mucho las Sagradas Escrituras.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amén.