San Alfonso María de Ligorio. Patrono de los confesores y moralistas

San Martin, Martes, 1 de Agosto de 2017 | 08:14

San Alfonso María de Ligorio (27 septiembre 1696 a 1 agosto 1787), fue un obispo católico italiano, escritor espiritual, compositor, músico, artista, poeta, abogado, filósofo escolástico y teólogo. Fundó la Congregación del Santísimo Redentor (Padres Redentoristas). Publicó grandes obras, entre ellas nueve ediciones de su Teología Moral en su vida, además de otras obras y cartas devocionales. Entre sus obras más conocidas están las Glorias de María y el Camino de la Cruz, este último todavía se utiliza en las parroquias durante las devociones de Cuaresma. Fue declarado Doctor de la Iglesia y es el Santo patrono de la ciudad de Nápoles, de teólogos, moralistas y confesores

Fiesta: 01 de agosto

Martirologio romano: Memoria de San Alfonso María de Ligorio, Obispo y Doctor de la Iglesia, que ha brillado por su preocupación por las almas, sus escritos, su palabra y su ejemplo. Con el fin de promover la vida cristiana en el pueblo, se dedicó a la predicación y escribió muchos libros, especialmente de la disciplina moral en el que es considerado un gran maestro, y, aun entre muchass dificultades, fundó la Congregación del Santísimo Redentor para la Evangelización sencilla y humilde . Elegido obispo de Santa Águeda de los Godos, trabajó en extremo en este ministerio, pero tuvo que salir de este quince años después de haber sido diagnosticado con enfermedades muy graves. Pasó, entonces, el resto de su vida en el Nocera de Pagani en la Campania, en el cual aceptó grandes sacrificios y dificultades.

Biografía de San Alfonso

Casi todos los Santos traen un "mensaje" para la Iglesia y surgen cuando el pueblo de Dios los necesita. San Alfonso María de Ligorio ha legado a la Iglesia un mensaje que no pasa de moda y que siempre es de palpitante actualidad:

  1. Profunda vida y sabia doctrina sobre la oración.
  2. Devoción tierna y transformante a la Sagrada Eucaristía.
  3. Filial devoción a la Virgen María.

Además habría que añadir otras muchas facetas de su vida que son también un estupendo mensaje, como por ejemplo el voto que hace de "no perder nunca el tiempo". Mensajes todos estos prolongados hasta nosotros por dos conductos: Su vida y sus preciosas Obras, y por medio de sus hijos los Redentoristas que heredaron su espíritu.

Un viejo misionero que estaba en Marianela de Nápoles al nacer nuestro pequeño Alfonso el 1696 realizó un presagio tomándolo en brazos:

"Este niño será obispo, vivirá cerca de cien años y hará grandes cosas por Jesucristo".

Más que adivino le llamaríamos casi profeta a este buen misionero.

Perteneció a una familia noble napolitana. A los siete años ya lo ponen a estudiar las letras clásicas. A los doce se matricula en la universidad y a los dieciséis ya es investido con la toga de doctor en ambos Derechos.

A la vez que estos estudios tan serios, se entrega también a otros más livianos y pasajeros: Estudia las lenguas modernas, esgrima, arte, música y pintura que después le servirá todo esto para su apostolado.

Su padre había colocado sus ojos en él esperando que fuera un alto mando militar pero viendo las inclinaciones de su hijo se contentó y dijo:

"Está visto; más que para las armas, el muchacho vale para las letras. Le haremos abogado".

Durante ocho años se entregó en su bufete de abogado a defender pleitos. Los ganó todos menos uno, el del Duque de Orsini y aun fue por injusticias y mentiras. De él quedó tan hondamente impresionado que dijo: "Mundo falaz, hoy te he conocido; en adelante nada serás para mí". Y a un amigo le añadía:

"Colega mío, nuestra vida es muy desgraciada y corremos el peligro de perder nuestra alma para toda la eternidad. Veo que ésta no es mi carrera. Voy a abandonarla y trataré ir por otros caminos".

Su padre una vez más quedó desengañado de su hijo. Le había preparado un ventajoso y lujoso matrimonio, pero Alfonso abrazó el camino de seguimiento de Cristo en el sacerdocio.

San Alfonso María de Ligorio se preparó lo mejor posible y se ordenó sacerdote en el año 1726. Aquel mismo día hizo este propósito:

"La Iglesia me honra concediéndome este don, yo procuraré honrar a la Iglesia trabajando incansablemente por ella, con mi pureza, con mi santidad". Y cumplió fielmente la promesa.

Se entregó a recorrer toda Italia predicando Misiones populares y escribiendo preciosos tratados sobre todos los temas que sabía interesaban al pueblo fiel: Moral, Catecismos, Sermones, Visitas al Santísimo, Tratados sobre la Virgen María. Las Glorias de María será su obra inmortal juntamente con sus tratados de Teología Moral en la que hasta ahora goza de una gran autoridad.

El año 1732 funda la Congregación de los Redentoristas para que sigan su obra. A sus 66 años el Papa Clemnte XIII le obliga a aceptar ser obispo de Santa Agueda de los Godos. Es un padre y un Pastor maravilloso.

San Alfonso No pierde un instante por formar a los demás y por santificarse él. El Padre bueno del Cielo le llama a sus 91 años. Era el 1 de agosto de 1787

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