San Alberto Hurtado. Protector de los niños y jóvenes abandonados

San Martin, Viernes, 18 de Agosto de 2017 | 09:34

San Alberto Hurtado Cruchaga (1901 - 1952), popularmente conocido en Chile como Padre Hurtado, fue un sacerdote jesuita chileno, Trabajador social y escritor de origen vasco, sirvió a los pobres y fue el fundador del Hogar de Cristo para jóvenes de escasos recursos. Fue canonizado el 23 de octubre de 2005 por el Papa Benedicto XVI, convirtiéndose en el segundo santo de su país.

Fiesta: 18 de agosto

Martirologio romano: En Santiago de Chile, San Alberto Hurtado Cruchaga, sacerdote de la Compañía de Jesús, quien fundó una obra para dar un verdadero hogar a los que carecían de techo y para los vagabundos, especialmente para los niños, y así pudieran encontrar un hogar familiar verdadero

Biografía de San Alberto Hurtado

San Alberto Hurtado Cruchaga nació en Chile, en la ciudad de Viña del Mar el 22 de Enero de 1901.Su familia era muy cristiana y unida. A los cuatro años de edad se le muere su padre. Anita su madre queda con Alberto y su hermano Miguel

En 1909 entró al Colegio San Ignacio, donde se distinguió por ser buen compañero, alegre, comunicativo y muy piadoso. Con gran generosidad ocupaba su tiempo libre en visitar y ayudar a los más necesitados.

Terminado el colegio estudió leyes en la Universidad Católica, trabajando al mismo tiempo para ayudar a su madre, pero su vocación era otra: ser sacerdote.

Largas horas rezaba para poder realizarla y Dios escuchó su oración, su madre recibió un dinero que se le adeudaba y con el cual podría vivir tranquila.

Cuando su hijo le comunicó su decisión de hacerse sacerdote Jesuita, ella aceptó con alegría. Entró entonces al noviciado y después de largos estudios y pruebas, fue ordenado sacerdote en 1933, en Bélgica.

San Alberto Hurtado regresó a Chile, donde se dedicó de lleno a sus alumnos del colegio, a los cuales no sólo enseñaba sino que dirigía espiritualmente.

Educador de juventudes.

Una noche el Padre Hurtado encontró un pobre, enfermo y miserable, que no tenía donde ir; otra noche vio a un grupo de niños abandonados que dormían bajo los puentes del río Mapocho; quiso ayudarlos.

Reunió personas generosas que dieron lo que tenían: dinero, joyas, terrenos, etc... Y así fundó lo que sería y es su gran obra: "El Hogar de Cristo".

Con incansable amor, él salía en su camioneta verde a recoger a los pobres y a los niños para llevarlos al Hogar a tomar leche caliente y dormir en una verdadera cama... En cada necesitado veía a Cristo sufriente.

Más tarde fundaría talleres para darles educación a los jóvenes y capacitarlos para que pudiesen tener un trabajo digno.

Entre las muchas actividades del Padre Alberto Hurtado, también están sus publicaciones y conferencias sobre el sacerdocio, los problemas de la adolescencia, el catolicismo, la educación y el orden social, fue, además fundador de la Revista Mensaje y de las Acción Sindical Chilena.

Su muerte

Un día, el Padre Hurtado cayó enfermo de cáncer, hospitalizado y con muchos dolores, nunca se quejó. Aceptaba la voluntad de Dios y repetía:

"Contento, Señor, Contento".

El 18 de Agosto de 1952 el Señor se lo llevó junto a Él. Sus restos mortales se encuentran en el Santuario a su memoria ubicado en Av. General Velázquez 1090, Santiago de Chile.

Para celebrar este acontecimiento el parlamento chileno decretó asignar el día 18 de Agosto de cada año como el día de la Solidaridad, en honor al beato Sacerdote.

Iniciado en Roma el proceso de beatificación, ésta se hizo realidad el día 16 de Octubre de 1994, en la ciudad del Vaticano en que el Papa Juan Pablo II lo beatificó. Fue canonizado el 23 de Octubre del 2005 por su Santidad Benedicto XVI.

Dentro de sus frases más famosas están:

"No descansen mientras haya un dolor que mitigar" P. Hurtado

"Contento Señor, Contento" P. Hurtado

De él, San Juan Pablo II, diria en un discurso en Chile (1987) lo siguiente:

"¿Podrá también en nuestros días el Espíritu suscitar apóstoles de la estatura del Padre Hurtado, que muestren con su abnegado testimonio de caridad la vitalidad de la Iglesia? Estamos seguros que sí; y se lo pedimos con fe".

San Alberto Hurtado, ruega por nosotros. Amén

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